
Aún recuerdo ese día de lluvia. Tu mirada se cruzó con la mía y desde entonces cambió todo. Me enamoré de tí. Sí, admito que fue un amor a primera vista, pero ¿qué le hago si estás hecho para mí? Recuerdo como me sonreías al verme cada día. Como me buscabas con la mirada. Recuerdo esos roces que teníamos queriendo. Esos te quieros que eran de verdad, que me llegaban a lo más fondo de mi ser. Esos labios color caramelo que me sonreían todos los días. En fin, me gustaba todo de tí. ¿Pero sábes que es lo que más? Tu sonrisa. Para mí era lo más bonito que haya existido jamás. Hoy en día todavía me gusta aunque ya no estemos juntos, y sé que aunque esa sonrisa de niño ya no sea para mí, siempre la tendré guardada en mi corazón como el tesoro más preciado.
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